La marcha organizada por Podemos no ha dejado indiferente a nadie. El hashtag #EsAhora31E no ha tardado en convertirse en trending topic. Una vez más, la red social de Twitter ha servido para retransmitir la actualidad y trasladar a cualquier parte del mundo lo que en un momento determinado estaba pasando en Madrid.
Pero en ella no sólo han tenido cabida las opiniones favorables al movimiento “por el cambio”. También, aunque en menor medida, se ha podido encontrar otra etiqueta, en este caso contraria a la promovida por el partido político que ha irrumpido con fuerza en los últimos meses en nuestro país. Se trata de #YoNoVoy31E, utilizada sobre todo por usuarios que han emitido duras críticas hacia esta manifestación.
Las redes sociales han sido uno de los puntos fuertes en la estrategia de comunicación del partido liderado por Pablo Iglesias. Gracias a ellas han ganado, desde su aparición, en notoriedad y transcendencia. Algo que les ayudó sin duda a la hora de sorprender y arrasar en las últimas elecciones europeas.
Herramientas como las redes sociales cobran cada vez más fuerza como plataforma imprescindible en cualquier plan o estrategia de comunicación. Tanto es así, que me atrevería a afirmar que si no estás en ellas no existes. Y si se está hay que ser valiente, es decir, en medios sociales como Twitter “hay que mojarse” y, por lo tanto, estar preparado para recibir críticas, encontrar opiniones contrarias y permanecer abierto al debate.
La gestión de posibles crisis marcará firmemente el éxito o el fracaso en la consecución de los objetivos marcados en una estrategia de comunicación. Por ejemplo, en el caso de la marcha de Podemos, si no hubiera tenido un importante seguimiento de gente, habría fracasado. Y esa derrota se acentuaría en Twitter.
Imagina que a la convocatoria de Podemos hubieran asistido sólo unas decenas de personas. Seguramente, el hashtag #YoNoVoy31E u otros similares, habrían tenido más fuerza en la red social. Los “enemigos” de la iniciativa “por el cambio” se habrían movilizado con más intensidad para poner en evidencia el fracaso de la misma.
La realidad, evidentemente, ha sido otra. Twitter ha conseguido, sin sesgos, llevar la marcha de Podemos mucho más allá de las calles de Madrid. Cualquiera, desde donde estuviera, ha podido compartir, opinar o criticar lo que en esos momentos se estaba exponiendo en una manifestación.
En cualquier estrategia de comunicación los riesgos siempre están ahí y es necesario estar preparado para afrontar cualquier resultado, sea bueno o malo. Por ello, es fundamental saber en todo momento qué es lo que se va a hacer, cómo se llevará a cabo y, ante todo, para qué.
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